El intendente Nicolás Ducoté ya ajustó el reloj en cuenta regresiva. Son 90 días los que faltan para que la histórica, y polémica, Sudamericana de Aguas abandone Pilar, y desembarque AYSA.
Desde el año pasado se viene trabajando en una transición que por momentos estuvo plagada de obstáculos, pero que finalmente encontró una vía más o menos fluida.
Lo que no queda claro es qué rol jugará Sudamericana de Aguas una vez que AYSA tome el servicio, desde el primer día de julio de este año.
Una de las posibilidades es que la actual prestataria, sumamente criticada por el mal servicio que ofrece, continúe vinculada de alguna manera a AYSA, con trabajos de cooperación técnica, proveyendo, incluso, algunos insumos.
Para Ducoté, la llegada de AYSA es uno de los pasos más trascendentales de su gestión, el que podría significar el primero fuerte que le permita llegar con fuerza a la reelección de 2019.
Así y todo, sabe que el solo cambio de firma no sirve. Lo pilarenses deben sentir una mejora sustancial en la calidad del servicio, los que actualmente lo tienen, mientras que los que no lo poseen tienen que comenzar a ver que los caños que empiezan a extenderse. Y para eso se necesita tiempo.
AySA terminó de relevar la infraestructura actual y se prepara para tomar el servicio de agua y cloacas
La idea es que AYSA licite obras por 1600 millones de pesos en este primer tramo, y que los trabajos comiencen en los primeros días de 2019 para no solo hacer pozos localizados en el distrito, sino traer agua superficial desde Tigre, por medio de un acueducto que se extenderá a lo largo de la ruta 26. Algunos, incluso, anhelan que sea antes, pero nadie se anima a ponerle fecha precisa.
“Estamos trabajando todas las semanas para la llegada de AYSA. El Secretario de Servicios Públicos, Eduardo Villar, se está ocupando de hacer un seguimiento cotidiano. Estamos trabajando con Sudamericana en pos de la transición”, expuso Ducoté ante la consulta de Pilar de Todos.
“Faltan menos de 90 días para que podamos dar este paso histórico, era una promesa y un compromiso de gestión y lo estamos llevando adelante, y a partir de ahí cambia la historia”, se envalentonó Ducoté.
“Realmente –siguió- vamos a estar logrando validar el acceso de cada vez más barrios a un servicio tan esencial y tan indispensable. Que en Pilar es más una marca de vergüenza que de orgullo, ya que apenas entre el 13 y 15% de la población tenga acceso al servicio de tratamiento de aguas servidas, es realmente algo que hay que modificar. No podemos seguir esperando y por eso el 2018 tiene que ser un año de cambio”, anheló Ducoté.
Agua y cloacas, sumado a mejoras en refuerzos en el plan de seguridad y un ambicioso programa de asfaltado de calles, de la mano de un crédito del Banco Nación por alrededor de 600 millones de pesos, son algunas de las cartas que Ducoté tiene bajo de la manga para revalidar pergaminos el año que viene y volver a quedarse con la intendencia hasta 2023.
