Marisa Saravia y Viviana Barrios son enfermeras. Cumplen funciones en el Hospital Austral y en marzo pasado contrajeron coronavirus al asistir a uno de los tantos pacientes que llegan a ese centro asistencial.
Las profesionales se convirtieron en figuras centrales en el acto de inauguración del “Hospital Solidario”, evento en el que el Presidente de la Nación, Alberto Fernández las destacó por la lucha que dieron contra el virus.
Además uno de esos casos, el de Marisa, está en investigación ya que su estudio podría dar más indicios sobre el comportamiento del virus.
Es que la enfermera transitó la enfermedad a lo largo de 60 días y debió soportar 12 hisopados hasta lograr conseguir tres resultados negativos consecutivos.
“Hoy, conocí a Marisa. Ella es enfermera y tuvo coronavirus. ¿Saben hasta cuando le encontraron restos del virus en su cuerpo? Hasta el día 60 del día en que se contagió. Y es un caso que está en análisis, porque nadie sabe cuánto tiempo dura el virus en el cuerpo de uno y que capacidad de contagio real tiene. Y ahí la tienen a Marisa, hoy recuperada. En 60 días tuvo que soportar 12 testeos”, resaltó el Jefe de Estado frente al público presente.
La enfermera dialogó con Pilar de Todos y dio detalles de cómo fueron esos días desde que le confirmaron que los resultados de sus estudios habían dado positivo para COVID-19.
“Fui positivo para COVID-19 a lo largo de 60 días, me hice 12 hisopados y recién en el décimo di negativo por primera vez”, dijo la mujer ya recuperada.
Marisa, que tiene 33 años y dos hijos de 3 y 7 años, le contó a este medio la mezcla de sensaciones al saber que había contraído el virus. Habló de “mucho miedo, temor y angustia” porque, señaló “uno no sabe cómo va a reaccionar el cuerpo”.
Recordó que el pasado 18 de marzo fue a trabajar, como todos los días, en el turno noche en el Hospital Austral.
“A las 11 de la noche, recibo a un paciente que ingresó por otra patología muy diferente por lo que no se aplicó el protocolo de Covid. Estuve asistiéndolo, en el 4to piso, hasta las 7 de la mañana que finalizó mi turno. Al día siguiente, me avisaron desde el hospital que debía aislarme preventivamente porque este paciente había tenido contacto con personas del exterior”, relató Marisa a Pilar de Todos, de hecho su caso fue uno de los primeros dentro del distrito.
Finalmente el sábado 21 de marzo se confirmó que el paciente que ella había asistido dio positivo para COVID-19 por lo que Marisa debió permanecer en aislamiento y con especial atención a la aparición de síntomas.
“El lunes 23 hago fiebre por lo que me comuniqué con la médica infectóloga quien me indicó que vaya a la carpa que se montó en el Hospital para ser hisopada y ese mismo día me informaron que era positivo”, recordó la enfermera.
Junto a ella, Viviana, su compañera, que había asistido al paciente en el sector de la Guardia, también recibía el resultado positivo para COVID-19.
“Cuando me encontré sola en la carpa con el resultado positivo rompí en llanto. Yo de un lado y mi compañera, Vivi, del otro. Es feo porque no sabía qué me iba a pasar ni cómo iba a reaccionar mi cuerpo”, se lamentó Marisa quien con el resultado positivo debió permanecer internada a lo largo de 15 días. Mientras que Viviana permaneció en internación por 17 días.
Marisa resaltó que los primeros días de la enfermedad “fueron difíciles”. “Tratas de ir asimilando día a día lo que sucede. Pero es difícil porque a su vez, en la primera semana, contagié a mi marido. Tengo dos nenes además, uno de 3 y uno de 7, por lo que uno se imagina cualquier cosa. Es todo nuevo”.
Según contó Marisa, transitó la enfermedad sin mayores complicaciones. Con fiebre leve, episodios de cefalea y tos.
Lo frustrante para ella llegó cuando los sucesivos hisopados no arrojaban el resultado esperado. Una vez dada de alta, permaneció en su hogar hasta el 21 de mayo. Allí, recién consiguió el primer negativo luego de haber pasado por 10 testeos, procedimientos a los que calificó como “traumáticos”.
“Los hisopados no son nada agradables y saber que debía someterme a otro cada vez, fue traumático. Llegó un momento en el que solo pensaba que iba a volver a dar positivo”, recordó Marisa.
Finalmente, el 25 de mayo recibió el segundo resultado negativo y con él, el alta epidemiológica. El 27 de ese mes, pudo regresar a su trabajo.
Sin embargo aún le quedan algunas secuelas. “Perdí el gusto y el olfato que hasta ahora no lo recupero al 100%”, contó.
Finalmente, Marisa aconsejó a la población que intensifiquen las medidas de cuidado. “Cuidándose uno está cuidando a su familia, esa es hoy la vacuna disponible. Todos juntos podemos salir de esto respetando las normas”, cerró.