La fuerte caída en la demanda en la construcción llevó al gigante de artefactos para el sector Ferrum a frenar la producción ante el “nivel acumulado de inventario de producto terminado”.
Se trata de la planta de Villa Rosa, en Pilar, que estará inactiva durante todo julio.
En cambio, la otra planta ubicada en Avellaneda seguirá operando con normalidad, según informó la empresa a la Comisión de Valores.
El stock de artefactos sanitarios que tiene le alcanza para atender las expectativas habituales de demanda sin afectar el giro comercial de la compañía, se indicó.
De esta forma, Ferrum se suma a otros proveedores de insumos que debieron ajustar sus niveles de producción.
La empresa había aplicado en el sector de grifería suspensiones de 800 de sus 1.500 empleados durante 26 días en mayo y junio.
La seguidilla de despidos y suspensiones comenzó con la multinacional Whirlpool, que a principios de mayo aplicó un drástico freno a la producción en la fábrica de lavarropas que había inaugurado hace poco más de un año en Pilar. En este caso, la compañía decidió cerrar uno de sus turnos de producción y despedir a 60 de los 400 trabajadores locales, un 15% de su plantilla total.
Pocos días más tarde, FV -el mayor fabricante de grifería del país- anunció la suspensión por tres meses de 800 trabajadores de su planta de Villa Rosa, en la que emplea a 1.400 personas. Y a fines de mayo, la fábrica de adhesivos Akapol tomó la decisión de suspender a todos sus empleados por 60 días. La medida afecta a 150 trabajadores.
Mismo camino abordó el laboratorio Sidus, del Parque Industrial de Pilar, y Fara, entre otras firmas.