La posibilidad de nuevos despidos en el Parque Industrial de Pilar volvió a encender luces de alarma en el sector productivo.
Así lo advirtió Néstor Dolera, presidente de la Cámara Empresaria del Parque Industrial de Pilar (CEPIP), al describir un panorama crítico para la industria argentina, que en el caso del distrito no solo se circunscribe puertas adentro del predio fabril, sino en los corredores industriales que hay en Fátima o Villa Rosa, por ejemplo.
“Calculamos que sí, que puede haber más despidos. Ojalá me equivoque, pero es lo que nos han transmitido las empresas”, afirmó el dirigente empresario, al referirse a las proyecciones que manejan desde la cámara.
Según explicó Dolera, la situación “es muy compleja”, viene desde hace tiempo pero se profundizó en el último año.
“Todo este año fue muy difícil para la industria, con cierres de empresas y despidos masivos”, señaló en diálogo con Agenda Propia (105.9). En ese marco, mencionó casos emblemáticos como ILVA, Kimberly-Clark, Berry y Whirlpool, esta última vinculada al parque industrial aunque ubicada en un predio lindero.
Capacidad instalada
Uno de los datos más preocupantes tiene que ver con el nivel de actividad. De acuerdo con Dolera, la capacidad instalada se ubica “alrededor del 60 o 65 por ciento, tal vez menos”, dependiendo del rubro. La caída del consumo obligó a muchas empresas a tomar medidas defensivas, como adelantar vacaciones, aplicar suspensiones y reducir personal operativo o directamente dejar de operar.
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El impacto es significativo si se tiene en cuenta que el Parque Industrial de Pilar, considerado el más grande de Sudamérica, alberga más de 200 empresas y genera empleo para cerca de 30 mil personas.
Importaciones, costos y presión judicial
Entre las causas centrales de la crisis, el titular de la CEPIP apuntó a la apertura de importaciones y a la escasa o nula protección arancelaria frente a productos que llegan desde el exterior, principalmente desde China. “Para la industria se hace muy difícil competir”, sostuvo.
A esto se suma el aumento constante de los costos de producción, especialmente en servicios clave como la luz y el gas, y el peso de los juicios laborales sobre las PyMES.
“Una persona que inicia un juicio por dos, tres o cuatro millones de pesos, en un proceso que dura cuatro años termina con una sentencia de entre cien y doscientos millones. ¿Qué PyME puede soportar eso? Es imposible”, advirtió.
Sin señales de recuperación
Dolera fue tajante al analizar el futuro inmediato. “Ni el corto ni el mediano plazo muestran una solución. En la comisión de la cámara vemos una situación muy complicada”, afirmó.
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Si bien reconoció que desde el Gobierno nacional se anuncian eventuales bajas de impuestos o cambios arancelarios, remarcó que “el tiempo pasa y los costos siguen aumentando”.
Reforma laboral: insuficiente sin políticas industriales
Consultado sobre la reforma laboral que impulsa el Gobierno, el presidente de la CEPIP sostuvo que, aun si se aprueba, no alcanzará para revertir el escenario actual. “Primero hay que ver si se aprueba la ley y qué modificaciones tiene. Pero una reforma laboral sola no alcanza. Si no viene acompañada de políticas de promoción y protección para la industria, es insuficiente”, señaló.
En ese sentido, puso el foco en el impacto social de la crisis: “Una empresa que cierra es un montón de sueños que se terminan. Años de esfuerzo, inversión y proyectos de trabajadores que de un día para otro desaparecen”.
Desde la cámara empresaria anticiparon que buscarán reunirse con el Municipio de Pilar para abordar problemáticas puntuales del sector, aunque aclararon que las principales variables que afectan a la industria dependen de decisiones de política nacional.