Martes, 24 Septiembre 2019 20:49

Una biblioteca, ahogada por las facturas de luz

La P.U.M.A, de Manuel Alberti, corre contra reloj para abonarlas y así evitar que Edenor suspenda el servicio, como ya les ocurrió en abril. No reciben subsidios y el día a día cada vez es más cuesta arriba.

La suba en las tarifas de los servicios viene golpeando a gran parte de la sociedad, y sumado a la profunda crisis económica por la que atraviesa el país, conformaron el combo perfecto para que muchos sectores ya no sepan cómo hacer para seguir a flote.


Es lo que sucede, por ejemplo, en la Biblioteca Popular P.U.M.A de la localidad de Manuel Alberti, una entidad que ya lleva varios años de servicio a la comunidad pero que el incremento en las facturas, puntualmente de la energía eléctrica, hace que el día a día sea cada vez más cuesta arriba.


Luego de que en abril de este año no pudieran afrontar el pago de la boleta y sufrieran el corte del suministro, ahora nuevamente presentan dificultades para poder abonar el servicio de Edenor.


En diálogo con Pilar de Todos, la bibliotecaria de la P.U.M.A, Gloria Suárez relató que la llegada de las boletas no los deja “respirar” y que cada vez es más difícil reunir el dinero para pagarlas.


Actualmente, les ha llegado una factura de 2200 pesos, monto que para una institución que no recibe apoyo económico y se sostiene con las cuotas simbólicas de un puñado de socios, se vuelve impagable.


“El problema permanece a lo largo del tiempo. La factura de Edenor es mucho para nosotros. En otros tiempos las pudimos pagar en tiempo y forma, pero ahora se nos hace imposible”, relató Suárez quien agregó que la boleta ya venció el pasado 18 pero que todavía no la han podido cancelar.


“No llegamos, y se nos suma el alquiler; siempre nos pasa que juntamos el dinero para una cosa y no alcanza para el resto. El servicio eléctrico no nos deja respirar”, señaló la bibliotecaria que recordó que en abril lograron juntar el dinero para que le restablezcan el servicio gracias a donaciones de vecinos.


Sin embargo, Suárez fue realista: “No siempre podemos depender de la solidaridad de los demás para poder cubrir el servicio”.


La mujer, en tanto, apuntó que en Pilar no sucede como en otras comunas donde por medio de ordenanzas se establecen subsidios para ese tipo de entidades.


“En otros lugares, a las bibliotecas populares las tienen en cuenta y las consideran, pero nosotros no hemos tenido subsidios por parte de ningún gobierno municipal”, cerró.

 

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