Cada vez son más chicos que necesitan de los comedores y merenderos para poder alimentarse en Pilar.
Los comedores no son algo nuevo, siempre existieron. Aunque en los últimos meses, tras el enorme crecimiento del precio de los alimentos, la inflación que no cede, y el desempleo, se ven cada vez más colmados de niños.
Tal es el aumento de la demanda, que algunas organizaciones sociales abren menos días a la semana porque no les alcanza la mercadería para atender a todos.
Un primer salto se había dado los primeros meses de 2016, en donde, en promedio, la mayoría de los comedores había registrado una suba de entre el 25% y 30% en la cantidad de niños, según un sondeo que había realizado hace 2 años Pilar de Todos.
Ese crecimiento no retrocedió, sino que se sostuvo hasta los primeros días de 2018, cuando volvió a pegar otro salto. Sin embargo, resulta difícil saber el número de niños totales que asisten a todos los merenderos, porque hay muchos que abren en una misma zona, por lo que un merendero puede experimentar los mismos números que años anteriores, pero se debe a que hay otro centro a pocas cuadras de allí que antes no existía.
Pilar de Todos volvió a consultar a algunos comedores y merenderos de Pilar. Casi la totalidad aseguraron que la demanda sigue en aumento. Referentes de algunos de esos centros prefirieron no dar sus nombres, por temor a perder la ayuda del Estado. Pero otros sí no dudaron en hablar.
“Empezamos en el 2015 con 15 nenes. Eran poquitos, pero para fines de 2016 teníamos 35 chicos aproximadamente, y hoy en día son 54. A eso, hay que agregarle la visita esporádica de familias, que no tenemos registradas, pero que serán unas 20”, explicó Mariana Lerman, administradora del comedor Creando Sonrisas ubicado en el barrio El Triángulo de Presidente Derqui.
Mónica Pereyra, integrante de la institución social Amor en Movimiento, de Rivera Villate, sostuvo: “Nosotros empezamos en el 2016 con 10 chicos. A principios de 2017 pasamos a 15 y ahora atendemos a 30.”
Por otro lado, Ángela Luna, responsable del comedor De Ángela, situado en Los Tilos, también reconoció que más niños concurren para poder alimentarse y que, lo que originalmente comenzó como un merendero mutó a un comedor, porque los chicos necesitaban otro sustento en la alimentación.
“A principios de 2016 asistían 30. Creció la presencia de la gente y ya a mediados del año pasado eran 70 y hoy vienen con regularidad 80 chicos. La demanda continúa en crecimiento pero ya no hay lugar. Aumentó demasiado y al ver la necesidad pasó a ser un comedor, ya que damos la cena. La situación de hoy es muy mala”, contó.
Y advirtió sobre otro fenómeno. Cada vez hay más merenderos o comedores en la misma zona: “Han crecido los comedores. En el mismo barrio hay tres lo que demuestra que algo pasa para que haya tanta asistencia social.”
Ana Bueno, por otra parte, sostuvo que en el merendero “Chicos Felices”, que funciona en Derqui, del cual es responsable, la cantidad se mantiene estable, unos 120 chicos.
Sin embargo, dijo que hay casos puntuales en los que los niños asisten con las madres y que también, cuando la mercadería alcanza, también da la cena.
“Ante la falta de trabajo, lo que sucede en los últimos meses de este año, es que asisten los chicos con sus mamás. Eventualmente, lo que hacemos es darle de cenar de acuerdo a las donaciones que recibimos. Pero no es algo regular, solo cuando se puede. Se hizo porque se vio que existe esa necesidad”, comentó.
Y señaló que, por el crecimiento del número de las personas que recurren a las instituciones sociales, hubo lugares que tuvieron que reducir la cantidad de días: “Hay merenderos que cierran y otros que han reducido la asistencia por la cantidad de personas. Estaban abiertos todos los días y pasaron a estar tres veces por semana.”
Sandra Silva, quien se encarga de administrar Corazones Solidarios, en Villa Rosa, expuso que en su caso asisten menos chicos. En la actualidad recibe a 20 -cuando lo abrió eran 30- . Pero sostuvo que esto se debió a un traslado de la población hacia otros lugares. “Recibimos menos chicos porque muchas familias se han mudado. Se han ido a buscar lugares más baratos para vivir.”
En este contexto, no se pueden obviar las palabras de Fifi Palau, encargada de "Manos en Acción", una entidad que asiste a varios merenderos.
“Es evidente que hay un deterioro social en la Argentina. Es una realidad que no se puede obviar. A todos se nos hace difícil llegar a fin de mes, imagínate a los que menos tienen. Lo que a mí me preocupa es poder sostener 'Manos en Acción' y que podamos seguir ayudando a más comedores, a más merenderos, quiero que podamos seguir con el reparto de mercadería como lo hacemos actualmente”, expuso Palau, quien está organizando un torneo de Golf para reunir fondos.