Las muertes por hepatitis C seguirán en aumento en la Argentina hasta 2030 debido, en parte, a que la mayoría de los infectados nunca es diagnosticada, señalan desde la Universidad Austral.
La cantidad de muertes ocasionadas por la enfermedad podría verse incrementada en un 90% con respecto a lo registrado en 2013, siendo la única forma de prevenirlo el aumento pronunciado en la tasa de pacientes diagnosticados.
Se ha estimado que sólo el 0,15% de los pacientes con VHC, en Argentina, han sido tratados en los últimos 15 años.
Así lo señala una investigación médica publicada en el World Journal of Hepatology de la que participó el Dr. Marcelo Silva, Jefe de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Austral e investigador de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
No obstante, paradójicamente cada vez habrá menos nuevos casos de la enfermedad en el país.
Se trata de la primera investigación en evaluar el impacto y alcance de esta enfermedad en el país. En la misma se utilizó un modelo matemático denominado Markov, que permite estimar la mortalidad de una enfermedad a partir del conocimiento de su prevalencia, historia natural e intervenciones posibles para prevenir su progresión.
Con respecto a las conclusiones del trabajo, el Dr. Silva señala que “la mortalidad seguiría creciendo a pesar de la caída en la incidencia y prevalencia porque se trata de una enfermedad con una historia natural muy prolongada, de 20-30 años aproximadamente. Por lo tanto, a pesar de que va a haber una caída de casos nuevos, los viejos van a seguir progresando silenciosamente hasta llegar a la cirrosis y el cáncer, llegando a la necesidad del trasplante y/o a la muerte”.
El Dr. Silva resalta además que “la tasa de diagnóstico en la Argentina es muy baja y más baja aún la tasa de tratamiento y cura”. Por lo tanto, “de nada sirve desarrollar tecnologías terapéuticas con altísimo porcentaje de cura, si las mismas no llegan a la base de la población infectada, que en nuestro país se estima es de alrededor de 400.000 individuos”.
“Los números no debieran interpretarse como absolutos, sino por la tendencia que ellos representan, ya que, al día de hoy, no existen registros históricos de enfermedades que sean confiables”, teniendo en cuenta que “en un país en el que ni siquiera el INDEC era confiable”, tampoco hay “registros históricos de enfermedades, confiables”, explica el investigador.
El experto concluye que “si queremos bajar la mortalidad debemos instalar políticas públicas que promuevan el diagnóstico y tratamiento agresivo de la HCV”.
HEPATITIS C
La hepatitis C es una enfermedad infecciosa y crónica que afecta al hígado, y que con una prevalencia estimada de 170 millones de personas infectadas, persiste como problema para la salud mundial. Cada año se diagnostican entre 3 y 4 millones nuevas infecciones por VHC, el virus que ocasiona la hepatitis C.
La investigación de la que participó el Dr. Silva aborda justamente esa problemática de falta de datos globales, desarrollándose un modelo predictivo para estimar la progresión de la epidemia hasta 2030, así como las tasas de morbilidad y mortalidad a raíz del VHC.
RESULTADOS
Según la investigación y su modelo de progresión, la prevalencia de HCV en Argentina alcanzó su pico en 2002 con 376.000 individuos infectados. En 2013, se estima que el número aproximado de casos era 342.000, lo que representa un descenso del 10% con respecto a 2002. Además, para 2030 se proyecta una prevalencia de 241.000 casos, lo que significaría un descenso del 30% desde 2014.
Por otro lado, la incidencia de VHC en Argentina, es decir la cantidad de nuevos casos, alcanzó su punto máximo en 1989 con 21.340 infecciones, disminuyendo en 2013 en un 90% a un estimado de 1.850 nuevos casos.
Los pacientes con hepatitis C suelen desarrollar cirrosis, que sucede cuando las células del hígado se mueren, surge una fibrosis y se ve afectada la función y estructura del hígado. La investigación indica que en 2013 había 42.910 pacientes con cirrosis compensada – una etapa inicial de la cirrosis - en Argentina y se calculó que habrá 69.600 casos en 2030. También en 2030 habrá 2.500 nuevos casos de carcinoma hepatocelular (HCC) – cáncer del hígado, muchas veces causado por la hepatitis C -, mientras que 7.830 pacientes desarrollarán una cirrosis descompensada - una etapa más avanzada de la cirrosis.
Asimismo, el trabajo proyecta que en 2030 morirán 2.890 pacientes por enfermedades hepáticas relacionada al VHC, en contraste con los 1.520 pacientes que murieron en 2013. Es decir, un aumento del 90%. Además, el porcentaje de pacientes con hepatitis C y cirrosis compensada o descompensada o HCC aumentará al 34% en 2030, en comparación con el 14% en 2013. Resumiendo, se proyecta una suba en la tasa de mortalidad causada por enfermedades hepáticas relacionada al virus de la hepatitis C.
Por último, los investigadores concluyen que si se lograra aumentar notablemente el número de pacientes diagnosticados y tratados, se podría reducir en un 45% el total de pacientes con VHC para 2030, es decir, habría 107.000 infectados menos. Se esperaría además una reducción del 60% en los casos de HCC, con 1.000 nuevos casos de HCC diagnosticados para 2030.
Del mismo modo, en este escenario de mayor diagnóstico y tratamiento, el número de muertes relacionadas a enfermedades hepáticas también disminuiría por 1.260 para 2030, lo que significa una reducción del 55% en comparación con el caso base. Los nuevos casos de cirrosis disminuirían en un 55% (descompensados) y en un 60% (compensados) para 2030 (3.390 y 29.210 casos, respectivamente).
MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA HEPATITIS C
En Argentina, en parte por la baja tasa de diagnósticos, se desconoce la prevalencia exacta del VHC, es decir el total de personas afectadas.
Distintos estudios la colocan entre el 0,17% y 5,6% de la población, mientras que en algunas zonas de alta endemicidad puede variar entre 2,2% a 7,3%. Se ha estimado que sólo el 0,15% de los pacientes con VHC en Argentina han sido tratados en los últimos 15 años.
La transmisión nosocomial parece ser la principal vía de infección, es decir que se contrae durante la estancia en un medio hospitalario.
Incrementar el acceso tanto al diagnóstico y el tratamiento del VHC son acciones pendientes en Argentina y en América Latina. Se estima que menos del 20-30% de los que padecen la enfermedad son diagnosticados.
La mayor carga de la enfermedad hepática avanzada relacionada con el VHC vendrá en los próximos 5 a 15 años. Se estima que la mayoría de los pacientes con VHC que tienen de 40 a 75 años de edad.
Los pacientes necesitan mayor acceso a nuevas terapias, siendo la principal restricción el costo del tratamiento. En países con limitaciones de recursos, tratar a todos los pacientes con los costos de medicamentos actuales es inviable. Debe haber estrategias para reducir los costos de tratamiento para el VHC y al principio, una priorización del tratamiento puede ser necesaria.
Por ejemplo, los pacientes más enfermos serán tratados primero con los fármacos más seguros y eficaces. Luego, los pacientes en etapa temprana serán tratados posteriormente para reducir el impacto de la enfermedad.