Bolsas con restos humano. Quemados, con partes esparcidas por varios lados.
Dos hermanastros y novios al mismo tiempo que asesinaron a sangre fría a sus padres, y luego de desmembrarlos simularon que estaban desaparecidos.
Es la historia del aberrante doble homicidio que sacudió a Pilar en 2015, donde fueron asesinados Ricardo Ignacio Klein (54) y Miryam Esther Kowalczuk (52), cuyos cuerpos, más allá de esas partes, jamás se encontraron.
Por el caso, están imputados Leandro Acosta (29) y Karen Klein (25), los hermanastros – novios que terminaron con las vidas de sus progenitores, en septiembre de 2015.
Convocada por el Tribunal Oral N° 7, integrado por María Coelho, Eduardo Lavenia y Alberto Gaig, la fiscalía y los defensores presentaron los listados de los testigos (vecinos y familiares) y las pruebas para el debate.
Se trata del doble parricidio que fue descubierto el 13 de setiembre de 2015 cuando a raíz de una denuncia por paradero, la Policía allanó la casa familiar situada en Sarratea al 2700, en Manuel Alberti.
En la propia vivienda y en un baldío ubicado a ocho cuadras de la casa se hallaron varias bolsas con cenizas, huesos y restos humanos calcinados.
Los hermanastros, según cree la fiscalía, premeditaron los crímenes y apuntaban a hacer desaparecer por completo los cuerpos.
Acosta y Klein, quienes se acusan ahora mutuamente, comparecieron este jueves en el Tribunal Nº 7 de San Isidro, pese a que un informe psiquiátrico había señalado que Acosta era inimputable (por padecer de un cuadro de esquizofrenia) y haber recibido la joven la falta de mérito.
El objetivo de la Fiscalía es que sea un jurado el que finalmente decida la inimputabilidad y la falta de mérito, en todo caso.
El 12 de septiembre de 2015, Raúl Klein se decidió a acudir a una comisaría de Pilar para denunciar la desaparición de su hermano Ricardo y su esposa Miriam. Nadie sabía nada de ellos desde el primer día del mes y ya no lo convencía la explicación de su sobrino Leandro, de 25 años, quien aseguraba que la pareja, que tenían hijos mellizos en común, había viajado a un casino de Uruguay.
En alguna de las declaraciones, Klein dijo que sabía que su hermanastro iba a hacer algo “grave” con sus padres, pero aseguró que ella no presenció los asesinatos, que habrían sido con disparos de arma de fuego.
Klein insiste en que Acosta luego la obligó, amenazándola de muerte, a limpiar el lugar y deshacerse de los cadáveres.
