Algunos historiadores como José Luis Romero ante algunas situaciones que se repiten en la historia sostienen que el devenir es cíclico, que se repiten situaciones que alguna vez pasaron. Parece que tiene algo de razón, lo más oscuro, lo más peligroso y lo que más queríamos olvidar hoy vuelve a pasar. Se vuelven a vulnerar derechos conquistados que pensamos que ya eran parte de toda la sociedad. Parece anecdótico si hablamos de Derechos que el Presidente de la nación en su discurso de inicio de sesiones de este año no haya mencionado la palabra derechos ni inclusión, no debe ser casual.
Hoy la culpa esta puesta en los jóvenes y precisamente si son estudiantes y de escuelas públicas, que marchan, que cuestionan o tal vez se manifiestan por algún derecho como es el caso de los chicos de Berisso. Desde afuera y desde los medios se escucha y se evalúa si la policía estuvo mal o bien en reprimir, y hay otras tantas afirmaciones que justifican estos hechos de violencia.
Los jóvenes se volvieron el primer enemigo para la policía, como antes, como en décadas anteriores. Desde que volvió la democracia en Argentina que no se pedían documentos en la calle, siendo este un modo encubierto de volver a criminalizar a los pibes convirtiéndolos en peligrosos, cuando muchos de ellos son pibes que están en peligro. Confundimos seguridad con represión y con persecución, y a consecuencia de eso omitimos como adultos las actitudes de adultos, que fueron formados profesionalmente para cuidarnos, para prevenir, para protegernos. No fueron formados para tomar del cuello al presidente del centro de estudiantes que reclama por las estufas de una escuela.
Tenemos el desafío de romper el sentido común y de cuidar a los pibes, no podemos permitir que se ponga en duda que nuestros hijos tienen que estar en una escuela más parecida a una cárcel que a la escuela que vos queres o pensas para tus hijos. Tenemos que salir a denunciar y también ser sinceros en la autocritica, mirando hacia atrás y mirando quien está al frente.
Como docente muchas veces nos olvidamos de tener presente que la palabra calidad en la educación tiene que ir de la mano con inclusión. No puede haber calidad educativa sin tener a todos los pibes que están en edad escolar dentro de las aulas. Tenemos que tener la capacidad de poder volver a recrear la autoridad docente basada en una nueva relación entre dos sujetos que a la misma vez aprenden. Tenemos que construir una nueva escuela secundaria pensaba en alumnos del siglo 21.
La nueva ley nos permite darle la bienvenida a nuevas generaciones de familias que no habían terminado la escuela secundaria pensando tal vez que no estaba diseñada para ellos. Muchos jóvenes irrumpen de los barrios más vulnerables de Pilar como un sujeto inesperado por la vieja escuela y ahora, nosotros los docentes somos los responsables de abrirles la puerta de la escuela y decirles bienvenidos a esta gran fábrica de subjetividades.
La contradicción es, si queremos darle nuevas expectativas y creemos en la educación pública, ¿porque los perseguimos, les pegamos y les queremos hacer entender que no tienen derechos? ¿de todos lados queremos excluir a nuestros jóvenes?
Pilar no es ajeno a esto, la semana pasada en el barrio el bosque Gendarmería entró a la escuela persiguiendo a un estudiante y mientras hablaba con la directora otros agentes buscaban en las aulas no se sabe bien qué cosa. En todo caso las fuerzas policiales o de seguridad nacionales están previstas que la supervisarían autoridades municipales. Los estudiantes me contaban que tienen miedo de ir a la escuela y que ahora van todos con su documento. Sí, a la escuela con el documento, porque parece que en cualquier momento los pueden llevar.
Por favor no busquen en las escuelas, acá solo hay trabajadores y jóvenes, ambos sujetos de derechos, de los cuales vamos a cuidar. No podemos permitir que estas políticas de represión le ganen al trabajo colectivo y solidario.
Como dijo un gran docente lo importante compañeros es rearmarnos, lo dijo en el sentido pedagógico, con el objetivo de volver y ser mejores.
*Profesor de Historia
Maestrando en Política y Gestión Local- UNSAM