La vida de Viviana Vázquez y Miguel, su esposo, cambió rotundamente en quince minutos. Viviana salió a trabajar a las nueve y cuarto de la mañana hacia el country Los Largartos para decirle a sus patrones- a quienes les cuidaba los perros- que era el último día que iba a realizar esa tarea porque su salud -tiene problemas en el corazón- ya no le permite realizar esa labor.
Sin embargo, apenas llegó al lugar, recibió el llamado de los vecinos para avisarle que su domicilio, ubicado en la calle Lasala al 2300 del Barrio Ferrum de Villa Rosa, ardía en llamas. Cuando llegó al lugar, se encontró con gran parte de su casa consumida por el fuego.
“Habrán sido quince minutos los que tardé en llegar. Ya cuando llegué estaba casi todo quemado. El fuego empezó donde había una ventana sin artefactos eléctricos y todavía se desconocen las causas de su inicio”, expresó.
“De la casa solo nos quedó una habitación donde podemos estar, que de todas maneras está sin techo. Necesitamos, chapas, maderas, porque si llueve la cosa va a ser peor”, agregó.
Viviana de 58 años y su marido Miguel de 68 son jubilados. Ambos sufren de problemas cardíacos. Sin embargo, la mayor preocupación de Viviana, pasa por el bienestar de su marido, ya que perdió la heladera, donde guardaba los medicamentos que le permiten controlar su patología.
“Toma siete remedios y los perdimos todos, y al no tener heladera no sé de qué manera los vamos a conservar si es que los volvemos a conseguir”, se lamentó.
Dentro de la desgracia, Viviana- que es la que puede relatar los hechos porque su marido aun se encuentra en estado de shock- rescató la solidaridad de sus vecinos y el rápido accionar de los bomberos que ayudaron a apagar el fuego.
“Los bomberos llegaron rapidísimo. Cuando yo llegué ya habían sacado a mi marido y, uno de ellos, me asistió porque dada la impotencia tuve una suba de presión importante y me descompensé”, manifestó.
Además de trabajar en el country, Viviana llevaba a cabo tareas de costura, pero las llamas también destrozaron las máquinas de coser con las que realizaba esa actividad.
Por eso y por todo lo perdido, ella ve con preocupación su futuro: “A ésta edad es muy difícil que yo pueda volver a conseguir un trabajo en relación de dependencia. Después de tantos años de sacrificio solo nos queda una pieza. Lo demás quedó hecho cenizas. No sé cómo vamos a volver a empezar”, concluyó.
Para acercar donaciones o ayudar al matrimonio quienes estén en condiciones de hacerlo pueden comunicarse con el sobrino de la pareja, Rodolfo Juárez al celular 011-15-31328706, quien contó que hasta el momento ninguna autoridad municipal se comunicó para solidarizarse por lo ocurrido.