Una reciente encuesta reveló que el 76% de los veterinarios sufrió algún tipo de violencia durante el ejercicio de su profesión.
El sondeo fue realizado por el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires desde donde hace varios años vienen trabajando en la visibilización y concientización sobre las diversas formas de violencia que enfrentan los profesionales.
A través del Observatorio Nacional de Violencia Veterinaria Dr. Carlos Bulgarella, creado en 2018, el Colegio busca “promover la toma de conciencia sobre esta creciente problemática”.
Según la encuesta de carácter anónima realizada por el Observatorio del CVPBA en octubre de este año, con la participación de aproximadamente 1.000 veterinarios matriculados de la provincia de Buenos Aires, el 76,5% de los encuestados informó haber sido víctima de algún tipo de violencia laboral.
En su mayoría, estos casos provienen de factores externos, como clientes o tutores de los animales de compañía. “Este dato refleja una tendencia preocupante, ya que muestra que la violencia no solo proviene de situaciones ajenas al ejercicio profesional, sino que también se genera por la interacción con quienes se supone deben ser los principales aliados de los veterinarios: los tutores de los animales”, destacan desde el organismo.
La encuesta además revela que la violencia no discrimina en función de la experiencia del profesional. El 33% de los casos de violencia se presentan en veterinarios con entre 5 y 15 años de ejercicio profesional, mientras que un 30% corresponde a aquellos con más de 25 años de trayectoria.
“Esto demuestra que, independientemente del tiempo o la experiencia que tenga un veterinario, la violencia por parte de los tutores de los animales pareciera ser parte de una sociedad de por sí violenta”, consideraron.
Los tipos de agravios sufridos por los veterinarios varían en intensidad, y la encuesta refleja los siguientes porcentajes en orden creciente: violencia verbal, violencia física, violencia tecnológica (escraches en redes sociales y en la vía pública), robos, y, finalmente, la discriminación y desvalorización profesional.
“Estos tipos de menosprecio afectan no solo el bienestar de los veterinarios, sino también su desempeño profesional y su salud mental”, resaltaron.
Desde el Colegio de Veterinarios repudiaron las manifestaciones de violencia hacia los veterinarios y reforzaron el compromiso con la protección y el acompañamiento de los profesionales, impulsando iniciativas que promuevan el diálogo, la reflexión y la toma de conciencia sobre esta problemática. Además, hace un llamado a toda la sociedad para reflexionar sobre el impacto de la violencia en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana y la necesidad urgente de erradicarla.