El día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas no es uno más para Elsa Zecchini.
La esposa de Hugo Meisner, piloto fallecido durante el conflicto bélico, participa de todos los homenajes que se realizan en Pilar porque sostiene que el distrito “es un ejemplo en el reconocimiento a los soldados” y agradece, particularmente, a la ciudad de Presidente Derqui, lugar en el que vive y se desarrolla como psicóloga.
“El partido de Pilar es un ejemplo en lo que a reconocimiento refiere. Son 36 años y cada año, siempre ha habido un recuerdo para los ex combatientes y para Hugo. A veces más importantes, a veces menos. Pero a nivel humano el reconocimiento en Pilar es muy importante”, expresó en diálogo con Pilar de Todos.
El pasado 2 de abril, Elsa calificó como “hermoso” el homenaje realizado en el Cenotafio, ubicado en la Ruta 28 de Pilar, allí donde se erige una réplica del Cementerio Darwin.
“Fue hermoso. Acompañó un montón de gente. Representantes de la Fuerza Aérea; bandas militares importantísimas y un montón de cosas que antes no había. Año a año hay más sentimiento y más agradecimiento de todos los ex combatientes de la zona”, agregó en relación al acto central en homenaje a los héroes caídos.
Respecto del reconocimiento que tuvo su marido, la psicóloga-fundadora del Centro Crear- sostuvo que para su familia fue algo que los ayudó a la hora de transitar por la pérdida de un ser querido.
“A veces, cuando muere un ser querido lo único que uno se pregunta es ¿por qué?. Y cuándo se muere alguien como el caso de Hugo en un acontecimiento tan particular, tan especial, tan doloroso, el hecho de haber tenido el reconocimiento de todo un pueblo como el de Presidente Derqui para nosotros fue muy sanador porque Hugo entonces no murió por nada”, confiesa Elsa.
Tras un sentido silencio, Elsa, del otro lado del teléfono recuerda cómo recibió la noticia de la muerte de su marido.
“Me vinieron a dar la noticia a la una de la mañana del 2 de junio. Vinieron a decir que el avión que Hugo pilotaba (Un Hércules C 130) había sido tocado y se había dañado uno de los motores pero que iban a aterrizar en un barco de la Cruz Roja. No dijeron que Hugo había muerto, que habían sido derribados y que cayeron al mar. A mí me dijeron que le habían dado al avión. Pero nadie volvió y nadie estuvo en ese momento. Nosotros supimos cómo fue la situación y cómo Hugo murió cinco años después cuando lo contaron los ingleses”, reveló.
“A nosotros nos dijeron que el avión fue tocado. Ellos nunca volvieron. Cuando regresaron los últimos prisioneros, el 14 de julio, ahí ya lo dieron por muerto. Nosotros vivimos un velorio desde el día que nos notificaron la caída hasta el 14 de julio. Yo fui con Huguito-su hijo mayor- al departamento de unos amigos y ahí nos esperaban para darnos la noticia”, rememoró.
Otro silencio aparece en medio de la entrevista. Elsa vuelve a destacar el papel de Presidente Derqui, lugar que eligió para vivir y al que le agradece que sus hijos “hayan podido trabajar, vivir y desarrollarse como personas”.
De nuevo, la memoria dice presente y la lleva a acordarse del último instante que compartió con Hugo.
“Ese día – en el que Hugo partió a la guerra – yo me levanté a las cinco de la mañana, tomamos mate, lo acompañé hasta abajo en el departamento. Yo sentí cuando él murió que no me quedaron cosas pendientes; ni por decir ni por hacer. Pero lo que sí yo le decía era que se cuidara. También le decía que por qué siempre tenía que ir él, por qué siempre estaba dispuesto para volar. En fin, siempre daba todo por la fuerza”, contó.
Es cierto que el cuerpo de Hugo ya no está. Pero Elsa, a pesar de su ausencia física, sostiene que siempre se siente acompañada por él.
“Yo siempre tengo una conexión y lo siento a Hugo conmigo. El paso del tiempo, y todos estos actos en honor a los soldados, me permiten revivir lo que fueron mis años junto a él”, concluye Elsa.