No es lo mismo padecer una dificultad respiratoria severa que un resfrío; un traumatismo de cráneo que una leve torcedura de tobillo; una hemorragia que un pequeño corte. Como su nombre indica, una emergencia médica es una situación en la que corre riesgo la vida de la persona o existe la posibilidad de que le queden secuelas importantes si no recibe atención inmediata.
Los servicios de emergencias de los hospitales -coloquialmente conocidos como “guardias”- existen justamente para dar pronta respuesta a enfermos y heridos que precisan cuidados con premura. De allí que hospitales y centros de salud de todo el mundo trabajan con un sistema llamado triage, que permite categorizar los cuadros y priorizar la atención, según la gravedad de los casos.
En el Hospital Universitario Austral –que cuenta con la tercera guardia que más pacientes atiende a nivel nacional, en relación a todos los hospitales privados de Argentina–, se utiliza el triage para determinar el orden de atención según el grado de urgencia que, contrario a lo que popularmente puede creerse, no necesariamente es por orden de llegada.
Para estos fines, un equipo de enfermería especialmente capacitado realiza evaluaciones rápidas y completas que definen la gravedad de la situación y asigna uno de los cinco niveles de prioridad del triage (un concepto que, dicho sea de paso, viene de lejos: ya en el siglo XIX, durante las guerras napoleónicas, Francia implementó ciertos criterios razonables para priorizar la atención de los soldados heridos, clasificados según la gravedad de sus heridas -y no según su posición o estatus en el ejército- en pos de actuar con mayor o menor celeridad, según fuese necesario).
En el nivel 1, identificado por el color rojo, se sitúan los casos de mayor gravedad; es decir, aquel paciente que precisa atención médica de forma inmediata, ya sea porque necesita maniobras de reanimación, a causa de la pérdida de un miembro u órgano. El nivel 2, que es el naranja, involucra situaciones con riesgo vital que supone inestabilidad fisiológica o dolor intenso, en las que la atención puede demorarse hasta 10 minutos. En el nivel 3, el amarillo, se ubican las situaciones urgentes de riesgo vital potencial, atendidos en un plazo máximo de 60 minutos, en pacientes estables que requieren exámenes complementarios o tratamientos rápidos.
Por último, están los niveles 4 y 5, identificados por los colores verde y azul respectivamente, asignados a pacientes que requieren atención de baja complejidad, cuya condición no compromete su estado general ni representa un riesgo evidente para la vida. En estos casos, la atención puede tardar entre 4 y 6 horas, y de ella se ocupa un área específica del Servicio de Emergencias llamado Demanda Espontánea, que garantiza una respuesta eficiente y adecuada.
En el Hospital Universitario Austral, mientras los niveles 1, 2 y 3 son atendidos las 24 horas del día, los 365 días del año, los niveles 4 y 5 se atienden de lunes a lunes, entre las 8 y las 22 horas.
“En el Hospital Universitario Austral, nuestro servicio de Emergencias es el más grande de la zona; recibimos pacientes de Pilar, sí, pero también de áreas aledañas como Escobar, Luján y Campana. En promedio, 240 adultos y 180 niños reciben asistencia a diario de nuestros profesionales especializados en el Departamento de Emergencias, lo que representa una capacidad que supera los 60 mil pacientes pediátricos y los 90 mil pacientes adultos cada año”, señala el Dr. Marcelo Rodríguez, director del Departamento de Emergencias del Hospital Universitario Austral, y destaca la importancia de asignar prioridades para la atención en guardia, a través del triage.
“Hoy en día se habla mucho de las demoras en las guardias de hospitales en todo el país, pero notamos que muchas veces la gente no solo hace una mala utilización del Servicio de Emergencias sino que se impacienta esperando que allí se le haga un control de rutina, la transcripción de una orden médica, un apto escolar o una evaluación prequirúrgica, por poner ejemplos frecuentes que deberían resolverse por otros canales; por ejemplo, pidiendo un turno anticipado. Siguiendo nuestro sistema de triage, priorizamos las emergencias; por ejemplo, un paciente con paro cardíaco o un accidente cerebrovascular, donde el tiempo realmente es vital para salvar vidas”, plantea Rodriguez. Y añade: “Creemos que, dando a conocer cómo funciona nuestro Servicio de Emergencias, la gente tomará conciencia de la importancia del uso responsable de la guardia, que es una manera de cuidarse y de cuidar al prójimo”.
A modo de ejemplo, algunas situaciones por las que se debe buscar atención médica de inmediato son:
-Dificultad respiratoria severa. Si la persona presenta dificultad para respirar o una sensación de opresión en el pecho.
-Cualquier tipo de dolor o malestar en el pecho. Un dolor opresivo, ardor o malestar intenso en el pecho podría ser indicativo de problemas cardíacos graves.
-Traumatismos graves. En caso de accidentes o lesiones severas, como fracturas, heridas profundas o lesiones en la cabeza.
-Síntomas neurológicos agudos. Ante cambios repentinos en la visión, el habla, el equilibrio, la coordinación o convulsiones, que podrían ser indicativos de algún trastorno neurológico.
-Cambios bruscos en el estado mental. Si repentinamente presenta confusión, desorientación o pérdida del conocimiento.
-Fiebre alta persistente, que no cede con medicamentos.
-Fiebre en pacientes inmunocomprometidos.
-Hemorragias. Cualquier tipo de sangrado que no se detenga con presión directa después de unos minutos. Esto incluye hemorragias nasales intensas, cortes profundos o cualquier otro tipo de sangrado inusual.
La estructuración e implementación del triage representa uno de los avances más significativos de la medicina y enfermería de urgencias. Existe consenso generalizado de que la calidad en la atención del paciente se beneficia con este modelo, recalcaron desde el Hospital.