Viernes, 27 Abril 2018 14:11

Ducoté confiado en lograr la reelección: “No siento rechazo de la gente”

También habló de la “difícil situación económica” y admitió que deberá postergar obras y recortar gastos.

Pese a la situación económica que enflaquece las arcas municipales, y por ende obliga a postergar obras y recortar gastos, el intendente Nicolás Ducoté se muestra confiado en lograr la reelección en 2019.

Cree que la situación tenderá a mejorar hacia la segunda mitad del año, aunque admite que el panorama es complejo “por lo imprevisto”.

Ducoté recibió a Pilar de Todos en su despacho, y habló de sus chances de renovar su mandato el año que viene, admitió la preocupación por la merma en la recaudación, y adelantó que deberá recortar gastos y postergar obras.


-En términos económicos ¿Es el momento más difícil que te está tocando atravesar como intendente?-, preguntó Pilar de Todos.

-No desde que asumí. El 11 de diciembre de 2015 tenía que pagar sueldos y era una complicación. Sí considero que es el momento más imprevistamente difícil. Cuando yo asumí sabía que las cosas iban a estar complicadas, tenía la deuda más grande del conurbano. Pero este año no esperaba que tuviéramos este desafío de merma o no crecimiento en la recaudación, por un lado, que tuviéramos estas modificaciones impositivas que en enero no estaban en el mapa y ahora están-, respondió Ducoté.

 

-Lo decís por la quita de impuestos en la boleta de servicios que decidió la Provincia…

-Sí, me preocupa un poco hacia adelante la proyección de esto. Esto va a implicar que la Provincia va a tener 3 mil millones menos, lo que se traduce en menos coparticipación para nosotros. Por lo que creo que en materia económica, va a ser un año súper exigente. Esa quita a nosotros nos significa, solo este año, recibir 164 millones de pesos menos. Y el año que viene podrían ser 200 millones menos.

 

- ¿No prevés entonces sacar el componente de tasas en las boletas de la luz y gas entonces?

-No podría hacerlo sin dejar de prestar el servicio de la iluminación pública. En esa boleta cobramos el mantenimiento y la renovación del parque lumínico e incluso lo que recaudamos no alcanza para cubrir toda esa inversión. Y en el caso del gas, (se cobra el 2,5% de la factura) tenemos en carpeta varios proyectos para extender redes en 20 barrios donde ya hemos seleccionado los primeros cuatro.  

 


-¿Sigue sin repuntar la recaudación propia?

-Marzo estuvo por debajo de las expectativas, pero con un leve repunte, veremos cómo cierra abril. Pero creo que cualquier número que teníamos como proyección ahora se va a ver afectado por los impuestos provinciales que dejan de llegar y el Decreto que firmé con la rebaja de tasas para discapacitados, electrodependientes y algunos comercios. Así que probablemente volvamos a estar en baja de recaudación, por lo que tenemos que hacer el ejercicio de conciencia de ver qué cosas vamos a postergar. Qué cosas no podremos hacer en este 2018 y pasarlas para el 2019, o proyectos que demandaban 3 meses extenderlos a nueve. Estamos empezando a hacer un ejercicio de economía cotidiana para ver de dónde podemos empezar a recortar.

 

-Hablar de obra pública entonces en este contexto es bastante complejo…

-Es más desafiante, esto va a tener una implicancia en la obra pública, trataremos que sea lo menor posible, pero sí. Vamos a tener que postergar un montón de cosas. Lo que no podemos postergar es recurso humano, donde va el 70% de la inversión, y con una paritaria recién firmada. Esa es la roca que no puedo correr. Está eso garantizado para los empleados, así que nuestro desafío es en qué podemos usar los fondos libres. Normalmente nuestra mayor inversión era en obra pública, por lo que iremos administrando. Quizás bajando un poco la velocidad, por ejemplo, con la planificación de los nuevos centros de salud. Derqui ya está encaminado y se va a hacer, Manuel Alberti y Villa Rosa están completos al 80%, pero en Río Luján, Manzanares y Fátima no se ha iniciado obra. Así que pautaremos cuándo haremos arrancar esas labores. Algunas de las obras grandes en escuelas que íbamos a hacer, también están ahora en estudio. La inversión el año pasado en esa materia fue de 100 millones y ahora hicimos un corte en 40 millones.

 


-Hablabas de una situación imprevisible en materia económica, con una inflación que no cede. En ese contexto ¿Crees que es conveniente el crédito de 600 millones de pesos del Banco Nación para hacer asfaltos?

-Es más indispensable todavía. Creo que en un año difícil, donde no queremos ponerle la carga al contribuyente actual, que ya de por sí está enfrentando esta serie de pautas que se van dando en el marco de la actualización tarifaria, lo más razonable es que obras que van a durar 15 años, se paguen en 15 años. De todos modos el pedido de financiamiento es un camino largo por recorrer, quizás haciéndose efectivo en el segundo semestre. Pero sí, creo que es más importante todavía para estructurar nuestra inversión pública con plazos más largos.



-¿Crees que el Concejo Deliberante te va a acompañar?

-Es muy difícil para los concejales estar en contra de las obras. Cada vez que caminan por un barrio, lo primero que le piden los vecinos es asfalto, veredas, agua y cloacas. En estas cosas hay una convicción que cualquiera de los concejales que quiera ser intendente querría invertir, y si no se encontrara con los recursos, trataría de aprovechar los esquemas de financiamiento que hay disponibles, creo que nos van a acompañar. Estoy convencido, sé que no será unánime, pero sí que una mayoría va a querer poner la prioridad en las obras para cada uno de los barrios y localidades, y para eso este financiamiento es indispensable.

 

-Mencionaste recortes en obras de salud, ¿Qué va a pasar con la maternidad nueva de la Panamericana?

-Íbamos a invertir 15 millones de pesos en los próximos 60 días, y lo bajé a 10 millones. Además, teníamos pensado hacer una reforma del edificio de Obras Públicas para ampliarlo y lograr bajar alquileres, eran unos 5 millones de pesos, pero por ahora lo postergué. Queríamos hacer una inversión de casi 10 millones en el Instituto Pellegrini, para ampliar más la oferta universitaria, pero vamos a tener que reprogramar ese proyecto para el año que viene.

 

-¿El gobierno nacional se está manejando bien con el tema de las tarifas?

-Creo que es una situación difícil en la que nadie quiere tomar estas decisiones, y sin embargo no queda mucha solución. Si querés que baje la inflación no podemos seguir teniendo un déficit fiscal que te obligue a emitir. Es una decisión incómoda. A ningún político le da satisfacción tener que aumentarle los costos al vecino. A mí no me da gusto aumentar los impuestos locales y al gobierno provincial y nacional tampoco. Pero creo que en un contexto en el que nos dejaron una bomba de tiempo, estamos tratando de desarmarla. Y la verdad es que no hay desarme sin costos, alguien los paga, y en este caso es toda la sociedad junta diciendo `bueno, ¿cómo salimos del lugar en el que estamos?´. De 149 cortes de luz que tuvimos el año pasado, bajaron un tercio y eso es fruto de algunas decisiones de estas. Y ojalá en algún momento tengamos las mismas actitudes de consumo energético que tienen Chile, Uruguay, Brasil. En cambio a nosotros nos tocó vivir 12 años de subsidio y ahora dos años de no tenerlos en la medida que muchos vecinos desean, y eso claramente es muy difícil. Lo es para un gobierno y para toda la sociedad.

 

-Por sobre la obra, el principal reclamo es la por la inseguridad. ¿Cómo están manejando desde el Municipio la problemática?

-Sí, es una de las principales demandas que nos trasladan los vecinos, pero a la vez la capacidad de un municipio de resolver por sí solo la seguridad es limitada. No podés hacer inteligencia, no manejamos toda la información que sí maneja el Estado Provincial o Nacional. Tampoco manejamos a la policía de manera directa. En Pilar tenemos que duplicar patrulleros, tenemos que llegar al 2019 con 88 vehículos en la calle, que se puedan seguir por GPS. Eso algo tiene mejorar la prevención ciudadana. Tenemos que llegar a las 1000 cámaras instaladas y que los vecinos puedan ir a verlas al COM. Y queremos lograr que el sistema de alarmas comunitarias esté funcionando bien en la mayor cantidad de barrios posibles: hoy tenemos 1500 dispositivos y no me sorprendería que estemos llegando a fin del año que viene con casi 3 mil.

 

-¿Tienen estadísticas?

-En cuanto a estadísticas, estamos mejor que otros distritos del conurbano. Pero la vara más difícil de saltar es la de comparar como estamos contra nosotros mismos. En algunos indicadores, como en el de captura de drogas, por ejemplo, estamos en un récord histórico. En las reuniones barriales comunicamos la existencia de la Aplicación de Seguridad, la nuestra o la de la Provincia, donde los vecinos pueden hacer denuncias anónimas.

 


-Hablaste de reuniones barriales, ¿estás saliendo más a las localidades?

-Sí, y también se lo estoy exigiendo a mi equipo. Para mí estos dos primeros años la unidad de medida era la localidad. Por eso las obras que realizamos, las encaramos a nivel de localidad. El vecino no siente todavía una afinidad con su localidad. Se siente de su barrio. Por ejemplo, al vecino de Toro no le importa lo que el Estado hizo en Monterrey, pese a que ambos pertenecen a Derqui. Por eso tratamos de bajar más el contacto. Estoy tratando de proyectar que para cada uno de esos barrios haya un plan de trabajo de dos años.

 

-¿Qué percepción notás que tiene la gente de tu gestión?

-Creo que con una apreciación de que ven obras grandes, las troncales, como la ruta 8, la 234, o la 25. Y a pesar de que no estamos con el financiamiento que querríamos para este año, tienen la expectativa de que eso no va a parar, que van a seguir habiendo obras. Sería un gobierno que tardó en arrancar en 2016, empezó mejor en el 2017, y todavía ven hoy en día máquinas y funcionamiento.

 

-Dijiste que ibas a ir por la reelección el año que viene…

-Sí, es mi deseo, me gustaría.


-Pero respecto a lo que percibís del vecino, ¿qué chances crees que tenés de alcanzarla?

-Yo trato de hablarle con sinceridad al vecino respecto de mis horizontes. Para mí es muy difícil tratar de entablar un diálogo con los vecinos de algo que en 18 meses se interrumpe. Muchas veces les digo que hablemos de cosas que tenemos la voluntad de hacer en los próximos tres o cuatro años. Trato de ser sincero en eso y creo que el vecino también siente algún valor en esa correspondencia. Arrancar de cero la conversación con otro político que asume el gobierno el 10 de diciembre del año que viene por ahí lo ve como algo menos fructífero a la hora de ver materializado alguno de sus anhelos o expectativas. Yo siento que la posibilidad está. El vecino dice si hacemos las cosas bien, si el 2018 es parecido al 2017 y el 2019 es mucho mejor todavía, hay alguna posibilidad. No siento en absoluto que haya disonancia entre mis deseos y los de mi equipo y la posibilidad que te otorgan los vecinos a la hora de tenernos en cuenta.

 

-¿No encontrás rechazo a tu candidatura?

-Haciendo campaña en el 2013 y en el 2015 sí te encontrabas con vecinos que no estaban dispuestos a la continuidad de (el ex intendente Humberto) Zúccaro. Había un choque entre los deseos de Zúccaro de continuar y los vecinos que decían ´más de esto, no quiero´. Ese rechazo no lo siento respecto a mí. Claramente hay un 30% de la sociedad que no nos acompaña ni lo hará, pero el otro 70% está dividido entre los convencidos de sí apoyarnos, que quizá sea otro 30%, y  la gran masa del medio que opina ´depende´. Y ese depende por lo menos me deja en la cancha.  Si hago las cosas lo mejor posible, voy a tener una chance.

 

-¿No percibiste malestar respecto, por ejemplo, a la polémica que se generó en torno a tus vacaciones, donde una ordenanza abre la posibilidad para que no tengan límites?

-Ese es el título de la oposición, que así tratan de describir un proceso que es absolutamente arcaico. Hoy un concejal no puede salir del distrito, sin el permiso del Presidente del Concejo. Terminemos con esa falacia, nadie pide permiso para ir, por ejemplo, a La Plata o la Ciudad de Buenos Aires. La idea de que el intendente tenga que someter a la consideración de los concejales cada vez que quiera tomarse tres días de descanso, o viajar por trabajo, ya no tiene sentido. Si alguien tiene alguna duda, se hace un pedido de informes y rendiré cuentas como las tiene que rendir cualquiera.


-Pero la primera parte de la ordenanza, dice que podés pedir cada vez que corresponda hasta 14 días, pero no dice que esos 14 días son por única vez…

-Si quisiera estar de vacaciones no me hubiese postulado para ser intendente. No quiero estar de vacaciones, quiero estar acá trabajando. Si algo me critican mi familia y amigos es el poco espacio que uno le deja a lo no laboral o vocacional. Si me llegara a tomar vacaciones indefinidas, por favor crucifíquenme en los medios. Esta norma no es para mí, es para cualquier intendente que venga el día de mañana, para agilizar el pedido de licencias, no para que sean eternas.

 

-¿Cómo medís el nivel de crítica que hubo en relación a ese tema?
-Uno tiene que pensar en si esas cosas le cambian la vida al vecino o no. Sí perjudica mi reputación; la gente puede pensar que soy un ‘vacacionador’ serial, pero los invito a que tomen mi pasaporte y compárenlo con el de cualquier otro funcionario o concejal. Está bien que quienes quieran criticar lo hagan y que la oposición haga su juego. Yo estoy tranquilo con mi conciencia en que le he puesto al trabajo y le pongo más cantidad de horas que cualquier otro funcionario público de Pilar y que cualquier dirigente opositor. La mayor parte de los días trabajo entre 15 y 18 horas. Así que es una ordenanza criticada pero a veces nos critican por hacer lo correcto. De hecho, normas similares tienen intendentes vecinos que no necesariamente son de nuestro mismo color político.

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