Un joven relató el tortuoso camino que atravesó luego de someterse a dos cirugías estéticas con un médico en un consultorio de Pilar, lo que derivó en una denuncia por mala praxis y la clausura del consultorio.

El hombre, de 34 años e identificado por las iniciales M.L (pide mantener su identidad en reserva) se hizo dos intervenciones quirúrgicas con el médico R.P, la última de ellas en el edificio Ágora, sobre la calle Camaño 1060, en Pilar.

Ese lugar, tras su denuncia, fue clausurado por efectivos de la SUB DDI de Pilar, y el Municipio, donde se constató que no tenía habilitación para funcionar.

M.L., un residente de Moreno, se realizó con ese profesional una serie de intervenciones que consistían en liposucción, transferencia glútea, y cirugía en la nariz. Pero nada salió como se preveía.

M.L., luego de la intervención, sufrió varios procesos infecciosos, actualmente padece dolores físicos y consecuencias psíquicas, y asegura que el profesional no lo volvió a atender, por lo que tuvo que ser asistido en otros centros asistenciales.

“Al salir de la pandemia empecé a averiguar con distintos profesionales para hacerme una cirugía estética. Muchos consultorios estaban colapsados. En enero conocí al doctor R. P. y decidí operarme con él”, contó M.L. a Pilar de Todos.

El procedimiento consistió en una lipoescultura con marcación abdominal, lipoaspiración de espalda y flancos, y transferencia a glúteos. Además, le ofrecieron no cobrarle el retoque de nariz, fue “como regalo” por operarse con él, explicó.

“Me hice dos operaciones en 2023. La segunda, en mayo de ese año, fue para reparar zonas que no habían sido tratadas como acordamos en la primera intervención. Pero ahí fue cuando comenzaron los problemas”, detalló.

Durante la segunda cirugía, realizada en el consultorio de Pilar, M.L sufrió una descompensación mientras le practicaban la lipoaspiración con anestesia local. “No había equipos médicos para emergencias, nada”, denunció.

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Una semana después, comenzaron a aparecer focos infecciosos en las zonas intervenidas, pero el médico no lo convocó para controles posquirúrgicos, aseveró.

“La herida supuraba, la infección se reventó a los 15 días, y solo me indicaron antibióticos, sin revisarme”, recordó.

Ante la gravedad de su estado, M.L. debió acudir a distintos hospitales en Moreno, como la Clínica Mariano Moreno e incluso en la terapia del Hospital Mariano y Luciano de La Vega, donde fue internado y sometido a drenajes para combatir la infección, además de un cultivo. Sin embargo, las heridas permanecieron abiertas por más de un año, generándole complicaciones físicas que aún persisten.

“Desde entonces vivo con dolores intensos, tomando diclofenac, corticoides, tengo problemas circulatorios y limitaciones para caminar o estar de pie. También sufro ataques de pánico, ansiedad y estoy bajo tratamiento psicológico”, lamentó.

La situación lo obligó a tener que usar todos sus ahorros para realizarse diversos estudios médicos, por lo que la peluquería que tenía la perdió.

“Ahora trabajo de peluquero, pero como empleado. Solo puedo estar de pie unos minutos, algo que jamás me pasaba antes”, insistió.

M.L. relató que en el marco de la causa se pudo constatar que el profesional que lo atendió no tendría especialidad en cirugía general, al tiempo que se están esperando informes de la Sociedad Argentina de Cirugía Estética, Plástica y Reparadora.

“Quiero que la Justicia condene a los responsables; sé que hay gente que aún no denunció, esto es solo la punta del iceberg y todo lo que estoy diciendo lo tengo documentado y está en la causa”, concluyó.