Dos familiares de Nicolás Pachelo, el principal acusado del crimen de María Marta García Belsunce, declararon este en la causa en la que se investiga la muerte hace 26 años de su padre, Roberto Pachelo. Ambos coincidieron en asegurar que están convencidos que no se suicidó.
Se trata de Jaqueline Barbará, entonces esposa de Roberto Pachelo, y de Sebastián Codeau, hijo de un primer matrimonio de la mujer, quienes declararon como testigos a pedido del juez de Garantías 5 de San Isidro, Diego Martínez, quien le dio un nuevo impulso a la investigación en la que siempre se sostuvo la hipótesis que el padre del exvecino del country Carmel se había suicidado.
Ambos testigos se presentaron este miércoles por la mañana en la sede de la División Homicidios de la Jefatura Departamental Conurbano Norte, en la avenida Cazón al 1400, de ese distrito, donde declararon ante policías que nunca creyeron en la hipótesis del suicidio.
Tanto Barberá como Codeau fueron consultados respecto a la relación que mantenían Pachelo padre con su hijo Nicolás y las peleas previas que hubo entre ambos.
La entonces esposa de Roberto Pachelo, como el hijo de ésta coincidieron en que no existía una tendencia suicida en el hombre.
Durante la jornada de este miércoles también declaró como testigo el hermano de Roberto Pachelo, llamado Rodolfo, quien consideró que, a su criterio, su hermano sí se había suicidado.
“Lamentablemente se suicidó”, dijo el hombre, según las fuentes judiciales consultadas por la agencia estatal Télam.
El magistrado dispuso que la Superintendencia de Homicidios confeccionara un perfil con las declaraciones de los testigos para una pericia que determine si Roberto Pachelo tenía tendencia a quitarse la vida.
En tanto, fueron convocados un cuñado de Pachelo padre, Osvaldo Juan Lynzz, y dos amigos del fallecido, Enrique Héctor Victorica y Dionisio Alcides Simón, éste último además empleado suyo en la tosquera que tenía en Pilar.
Las fuentes judiciales dijeron a Télam que el juez Martínez, quien en septiembre había rechazado un pedido para otorgarle el sobreseimiento definitivo a Nicolás Pachelo por la muerte de su padre Roberto, pretende ahora darle un nuevo impulso a la pesquisa con estas testimoniales para intentar establecer si existió la comisión de un delito.
La muerte del padre de Pachelo
Roberto Pachelo fue encontrado muerto el 9 de enero de 1996 de un disparo en la cabeza en su casa de Pilar, y el expediente judicial fue cerrado provisoriamente por el entonces juez en lo Criminal y Correccional 11 de San Isidro, Marcelo García Helguera, quien no halló elementos para presumir la existencia de un delito y consideró que se había tratado de un “suicidio”.
En su resolución del 12 de febrero de 1996, el juez García Helguera dictó el “sobreseimiento provisorio” de la causa “a la espera de nuevas probanzas que produzcan su reapertura”.
Sin embargo, el 22 de septiembre último, los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González, a cargo de la acusación de Nicolás Pachelo en el juicio por el crimen de María Marta, solicitaron que el imputado sea investigado como presunto autor del homicidio de su padre, y el juez Martínez hizo lugar al requerimiento.
Si bien el hecho que se investiga ocurrió hace más de 26 años, el Ministerio Público indicó que la acción penal aún no prescribió para Pachelo hijo porque éste estuvo imputado por otra serie de delitos en 2003, 2015 y 2017 y sigue acusado por el crimen de García Belsunce.
Según las fuentes, la decisión del magistrado se basó en que existen nuevos elementos probatorios que vincularían a Pachelo hijo como autor del crimen de su padre, los cuales fueron incluidos por los funcionarios judiciales mediante las declaraciones de testigos en el marco del juicio por el asesinato de la socióloga, cometido en octubre de 2002, y en el que la fiscalía pidió la condena a prisión perpetua para el acusado.
Entre las pruebas más importantes presentadas por la fiscalía para pedir la reapertura de la causa también se halla el resultado de autopsia al cuerpo de Pachelo padre, que indica que no se hallaron rastros de deflagración de pólvora en sus manos al momento de ser encontrado muerto con un disparo en la cabeza en la cama de su habitación de su casa de Pilar.