Domingo, 03 Marzo 2024 21:31

Crimen del country: comienzan los peritajes de ADN en busca del asesino

 

Los peritos analizan el rastro capilar que fue levantado sobre el pantalón del ingeniero asesinado, pero que no pertenece a la víctima. Roberto Wolfenson apareció muerto en el country La Delfina, lugar donde fue golpeado y ahorcado.

Esta semana comenzarán una serie de estudios para intentar obtener más datos que permitan dar con él o los asesinos del ingeniero Roberto Eduardo Wolfenson, asesinado el viernes 23 de febrero en el country La Delfina de Pilar.

Se trata de análisis complementarios que incluirán un ADN de un pelo encontrado sobre el cuerpo de la víctima, además de restos encontrados debajo de sus uñas y la apertura de dos computadoras que fueron secuestradas en el lugar del crimen.

El fiscal a cargo de la causa, Germán Camafreita, recibió la información que comenzó el análisis del rastro capilar que fue levantado sobre el pantalón de Wolfenson y que no pertenece a la víctima, con el fin de poder obtener un ADN que, en caso de ser posible, permita compararlo con el patrón genético de algún sospechoso, consignó la agencia Télam.

Para poder recuperar el ADN de un pelo, es necesario que ese rastro tenga el bulbo, es decir la raíz, lo que ahora será clave para los peritos.

También se analizarán diez hisopos con restos subungueales que se obtuvieron durante la autopsia realizada el sábado 24 de febrero pasado, donde los expertos intentarán encontrar material genético con el cual también se pueda obtener más ADN.

Según las fuentes judiciales consultadas por Télam, esta semana comenzarán los estudios complementarios de las muestras extraídas en la autopsia al cadáver de Wolfenson, especialmente de anatomía patológica, los tacos de piel y los toxicológicos.

La intención Camafreita es poder achicar la ventana sobre la data de la muerte, ya que la última vez que fue visto con vida el ingeniero fue el jueves por la empleada doméstica y su cadáver fue hallado el viernes a las 17 por su profesor de piano, un vigilador del barrio y un vecino, que ingresaron a su casa con autorización de la esposa de la víctima.

Hasta el momento, la data de muerte aproximada fue estimada entre 18 y 24 horas previas a la autopsia que se hizo a las 13 del sábado 24, por lo que el asesinato habría ocurrido entre las 13 y las 19 del mismo viernes 23. El cuerpo fue encontrado a las 17, por lo que el asesinato habría ocurrido entre las 14 y las 17, aunque hay dudas.


Sucede que no se descarta que el crimen se haya concretado el día anterior, es decir el jueves. Un amigo de Wolfenson, quien reside en La Delfina, aseguró que el jueves le escribió un mensaje de WhatsApp para acordar un encuentro con el fin de ir a caminar, pero nunca le llegó a la víctima: "Tenía una sola tilde", dijo.

Ese mismo día, pero más tarde, reiteró otro mensaje para invitarlo a cenar, pero tampoco le llegó ni obtuvo respuesta, lo que lo hizo conjeturar a ese vecino que el crimen de su amigo se había producido ese jueves 22.

Además, el ingeniero estaba vestido de la misma forma en la que lo describió la empleada doméstica cuando lo vio el jueves 22, con una chomba anaranjada, pantalón tipo jogging azulado y con unas Crocs que estaban apoyadas sobre sus piernas, lo que distintos testigos dijeron que no era habitual, porque Wolfenson jamás se vestiría dos días con la misma ropa.

Finalmente, los investigadores arrancarán con la apertura de las dos computadoras que fueron secuestradas en la casa de la víctima, una notebook y un CPU que pertenecía a la empresa a la cual asesoraba en temas vinculados a baterías de litio, tema del cual era experto.

Si bien en un primer momento el único faltante fue el teléfono celular marca Motorola del hombre asesinado, por lo que los investigadores pusieron en duda que la causa del homicidio fuera un robo.

Luego, la esposa dijo también detectó que faltaba un parlante inalámbrico y un almohadón, pero aseguró que tanto el dinero como las joyas estaban en el interior de la caja de seguridad, que no fue violentada.

En el marco de la causa, ya declararon la viuda Graciela Orlandi, uno de los hijos, la empleada doméstica, el jardinero y piletero que estuvo en la casa el mismo viernes 23 y el profesor de piano que entró a la vivienda y halló el cadáver.

Wolfenson estuvo la semana pasada unos días solo en su vivienda del country, ya que su esposa, Orlandi, se había ido de viaje con su hija y un nieto a la ciudad balnearia de Villa Gesell y al regresar no volvió a su casa, sino que fue a lo de esa hija en el barrio porteño de Villa Devoto.

Si bien un primer médico policial que lo revisó dijo que se trataba de una muerte natural, vinculada a una arritmia, la autopsia reveló que había sido asesinado por estrangulamiento y que presentaba golpes en la frente, nariz y cortes en la parte posterior del cuello.

En las últimas horas del viernes, el abogado que representa a los dos hijos que Wolfenson tuvo con una pareja anterior, requirió al fiscal una serie de medidas para intentar establecer si el crimen está relacionado a cuestiones económicas y pidieron que se analicen movimientos en cuentas bancarias.

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