“Va a haber un aumento programado de combustibles”, confirmó Royón, en diálogo con FM 89.6. “Por el descongelamiento va a significar un aumento de entre el 1 y el 4%, depende de si es nafta o gasoil”, agregó.
La venta de combustibles muestra una sostenida caída en los últimos meses y el Gobierno había postergado por tercera vez en el año esta actualización que debía comenzar a regir a mediados de septiembre y la había pospuesto para el 1 de octubre.
En ese momento, la argumentación de no actualizar el precio se centró en que “tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”.
Según explicó la funcionaria este será el primer aumento de una serie que deberán producirse para alcanzar el nivel impositivo adecuado. La suba corresponde a los dos primeros trimestres de 2021. Aún restan los dos finales del año pasado y los tres ya transcurridos de 2022, que equivalen a un atraso cercano al 20%.
El Gobierno había postergado la decisión ante la fuerte presión inflacionaria, en un contexto de pandemia. Según un cálculo de consultoras privadas especializadas en combustibles, el Estado dejó de recaudar por esta vía cerca de u$s1.800 millones.
En los últimos doce meses hasta agosto, las naftas habían acumulado un incremento del 32% y el gasoil del 51% (41,7% en promedio entre ambos combustibles), muy por debajo de la inflación anual del 78,5%.
Se espera que sea YPF la que dé el primer paso y concrete la suba de los precios y luego la seguirían las demás petroleras. (DIB)