El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, rechazó la represión policial que llevó a cabo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contra los manifestantes que se reunieron en la Plaza de Mayo para apoyar a los jubilados.
"Hay que ponerle un límite urgente a este desenfreno autoritario", reclamó Kicillof en un mensaje en X.
Las fuerzas de seguridad avanzaron sobre hinchas de clubes de fútbol y manifestantes que se habían reunido frente al Parlamento de la Nación y habían logrado cortar las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen.
El gobierno, entonces, activó el protocolo antipiquete.
Hubo represión con camiones hidrantes y gases. Algunos hinchas respondieron con piedras y palos.
En horas de la noche, el Ministerio de Seguridad de Nación informó que había 124 detenidos y 20 heridos, entre ellos un fotógrafo, Pablo Grillo, que se encuentra internado en estado de gravedad luego de haber recibido un golpe en la cabeza con un cartucho de gas lacrimógeno.
Kicillof habló de "atentado contra derechos esenciales de la democracia".
"La represión que se vivió hoy (por este miércoles) fue completamente feroz, ilegal y premeditada", arremetió.
El gobernador habló de "una descarga de violencia sobre jubilados y ciudadanos que protestaban contra el ajuste" y lo calificó como un "atentado contra derechos esenciales de la democracia".
Luego se refirió al crítico estado de salud que atraviesa Grillo y cuestionó los dichos de representantes del Gobierno, en referencia a las declaraciones de Bullrich, quien defendió el accionar de los efectivos e identificó al fotógrafo como un "militante kirchnerista que está preso". "Mientras un fotógrafo lucha por su vida, los voceros del gobierno mienten, justifican la violencia y difunden el odio", denunció el gobernador.
Para cerrar, reclamó "ponerle un límite urgente a este desenfreno autoritario".